El que me conoce sabe que soy sincero, un poco extrovertido y hasta visceral, cosa que a much@s no les gusta y quizá no me lo perdonen, pero que se fastidien.

En este blog vemos desde la posición que pueda tener un joven corriente, entre otras cosas, la actualidad que le rodea en todos los ámbitos de la vida y de las inquietudes surgidas a partir de ellas.

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jueves, 25 de noviembre de 2010

... y algunos hasta lo echan de menos

Estos días ha sido el 35º aniversario de la muerte del generalísimo, lo que congregó a un centenar de radicales y grupos neonazis (cada año más de hecho) para asistir a una misa por el dictador en el lugar donde reposan los benditos restos del caudillo, aunque lo que realmente les movía hasta allí era el odio que le tenían al grupo de manifestantes que tenían enfrente: se trataba de la Federación de Foros por la Memoria reclamando la voladura de la gran cruz alzada en el mausoleo, la retirada de los restos de Franco y José Antonio Primo de Rivera (que se los den a sus familias como a todo hijo de vecino) y la conversión del recinto en un museo de la memoria. Pero para Ignacio González (mano derecha de Esperanza Aguirre = PP = antigua Alianza Nacional = Partido Fascista = Franco) es un verdadero disparate y no lo es el que todavía queden miles de perseguidos en nuestras cunetas, como que tampoco España haya sido el país con más desaparecidos tras la Camboya de Pol-Pot… parece lógico ya que aquí ocurre de todo y evidentemente esto no iba a ser menos.

La ley de memoria histórica aprobada en 2007 (la ley es para todos) impide este tipo de manifestaciones estipulando que “en ningún lugar del recinto podrán llevarse a cabo actos de naturaleza política ni exaltadores de la Guerra Civil, de sus protagonistas o del franquismo”, pero los franquistas a lo suyo: “¡A por ellos! ¡Como en Paracuellos!”, cantando el cara al sol y coreando vivas a Franco tratando de acogerse de este modo al Art. 20 de la Constitución Española. Además, grupos falangistas publicaron varias esquelas en medios conservadores (abc, la razón…), la Iglesia pidió por el alma del dictador con la bandera fascista presidiendo la ceremonia, se concentraron en la calle Génova (todos sabemos que hay allí) y prepararon la marcha hacia el Valle de los Caídos, que hoy día se rige por los mismos principios y decretos que Franco dejó atados y bien atados. Así es lógico que las viejas heridas nunca cicatricen.

La cruz del Valle de los Caídos recoge el paso de ilustres visitantes como Joseph Ratzinger (actual Benedicto XVI) o Augusto Pinochet en quién despertó una profunda admiración cuando el chileno asistió en 1975 al funeral de Franco. Simboliza “lo mismo que la esvástica en Alemania” y como tal debería estar perseguido por ley, además de que todos los grandes monumentos construidos como símbolo de los regímenes fascistas del siglo XX han sido destruidos y que el mausoleo de Franco se ha convertido “en un centro de peregrinación del fascismo internacional” (es el único que queda en
pié). Los españoles somos pasivos ante esto al igual que con otras muchas cosas, e incluso consentimos que la judicatura persiga a todo aquel que quiera abrir procedimientos por investigar las ingentes fosas comunes alojadas a pocos metros de su verdugo sin el consentimiento de sus familias (llámese Garzón).

La enorme carga simbólica del monumento ha provocado que nos acerquemos al lugar con el corazón más que con la cabeza así como de la información recibida del mismo solo a través del NO-DO durante 40 años, siempre desde la perspectiva del régimen.
Está claro que hay un gran interés por parte de la iglesia y de algún partido político (PP por citar alguno) en que no se sepa “más allá de” y no estaría de más investigar sobre las miles de personas allí sepultadas “como prueba de un crimen de masas”. Pensemos por un momento que, sería éticamente correcto que las empresas y grandes fortunas que se lucraron con su construcción (que no son pocas) y el empleo masivo de trabajadores forzados (civiles republicanos) sean obligadas a pagar indemnizaciones a los supervivientes y sus familiares. Una vez esto, se merece que hagamos una gran falla donde me ofrezco voluntario de poner la mascletá.


Una conclusión: veo que España sigue dividida en dos. Por un lado los demócratas que lucharon por el bienestar de todos y por otro los fascistas, que lucharon por el bienestar de unos pocos, y así nos fue…

1 comentario:

Space kadet dijo...

Te gustaría este libro:
http://www.lecturalia.com/libro/53443/rina-de-gatos-madrid-1936
http://www.lne.es/sociedad-cultura/2010/10/17/mendoza-rina-gatos-novela-gusta-leer-gusta-escribir/981562.html
Explora los meses antes a la Guerra Civil y las tensiones que se vivían tanto en la derecha del país como en el seno de la II República. A mi me está ayudando a sobrevivir las tardes de nieve! :p