El que me conoce sabe que soy sincero, un poco extrovertido y hasta visceral, cosa que a much@s no les gusta y quizá no me lo perdonen, pero que se fastidien.

En este blog vemos desde la posición que pueda tener un joven corriente, entre otras cosas, la actualidad que le rodea en todos los ámbitos de la vida y de las inquietudes surgidas a partir de ellas.

Google

viernes, 6 de diciembre de 2013

No hay dos sin tres

…y por fin llegó el día. 
No se superaban los 3°C cuando nos despojamos del chándal presentándonos con la indumentaria que nos acompañaría durante el recorrido…que no podía ser otra que la de “Síndrome de Rett” una vez más…y los nervios para algunos se convertían en diversión para otros. Sin duda lo que nos unía era disfrutar con el trascurrir de cada tramo empujando el carro como en nosotros ya es costumbre.   

Para esta ocasión el “equipo Rett” lo formamos con Rafa todo un veterano en estas lides, Julián su compañero de fatigas y David Matías. Otros compañeros de asfalto se cayeron de la lista dada la enorme expectación generada por lo que se quedaron sin dorsales para el esperado acontecimiento.
Fueron momentos antes del pistoletazo los de saludar a otros integrantes de la masa corredora donde se sucedieron los abrazos y las mejores de las suertes. Una vez vaciados los cajones de corredores con marcas acreditadas, comenzamos a esquivar piernas, adelantar y que nos adelantaran en bloque pero como bien sabemos la propia carrera va marcando paulatinamente el ritmo independiente de cada uno. Julián y Matías quedaron en el pelotón mientras Rafa y un servidor nos aventuramos en probar las piernas a mayor ritmo, que con aquel factor climático (comunmente llamado frío considerable con sol espléndido) tardamos poco en atemperarnos para coger ritmo.

Cada uno de nosotros se acercaba a la fecha en distintas condiciones físicas, según el entrenamiento y necesidades de cada uno, pero casi me tomé como algo personal (he de decirlo) que mi gran amigo Matías pudiera afrontar una prueba física de este calado. De hecho dudé si estaba de broma cuando me comentó que lo apuntara a la XXIX Media Maratón. Para ello y como tónica habitual, entrenamos siempre que la profesión nos lo permitía y contemplando también las limitaciones dadas (lesiones incluidas) para una preparación en tan corto periodo de tiempo.
He de decir que una semana antes en el ensayo del recorrido y por sorpresa (perdóname) junto con otros compañeros y a título de prueba para todos y cada uno de nosotros, Matías contó con dificultades a lo largo del mismo ya que las molestias de días previos se hacían latentes. Éramos conscientes de ello por lo que intentábamos forzar ya que hasta el momento contábamos con un escasito pero fuerte y arriesgado entrenamiento a base de continuos desniveles, sin el cual se nos podría haber caído de la lista, siendo seria duda hasta días antes de la media. 
Sinceramente pensaba que había muchas posibilidades de que no la terminara por distintos problemas físicos pero en absoluto, estaba equivocado. Basta que se proponga algo para ejecutarlo cueste lo que cueste (ayuda de spray incluida en el último tramo) y aún más si cabe con el significado que aquello le merecía: que grande eres Matías desde arriba deben estar orgullosos de ti.


Qué decir de Julián, es un tipejo que le gustan todas las batallitas deportivas de cierto nivel y más si está rodeado de su gente. Se encontraba incómodo desde el inicio debido al frío y no quería salir del coche (le dio “miedo” salir en camiseta de tirantes) pero en el propio calentamiento se percató que le sobraba la camiseta de debajo que momentos antes le servía de abrigo. Julián demostró tener una gran forma física y se mostraba ciertamente reservón, propio del desconocimiento de la propia prueba, pero aun así los propios nervios le hicieron estar muy por debajo de lo que viene siendo su nivel físico. No te preocupes que para la próxima vamos a bajarte de 1:40…que de eso me encargo yo.

Por último Rafa, es ese corredor que se pone las pilas rápidamente. Venia rodado de terminar en este ejercicio la 101 de Ronda (los tiene muy bien puestos) y la tranquilidad de esta ocasión le hacía ir sobre seguro por poco entrenamiento que tuviera a sus espaldas. No dudó en acoplarse al buen ritmo desde el inicio con una táctica más estudiada que de costumbre. Quería dosificar sus fuerzas y no flaquear en los puntos que ya conocemos, los cuales son cruciales para el devenir de la carrera. Así conforme arañaba kilómetros prefirió bajar la intensidad y llegar cómodo que ir pasado de vueltas y terminar acusando el elevado ritmo inicial: esto sólo lo da la veteranía en la media.

Cierto es que individualmente, aunque haya sido la edición con más corredores (de hecho se supera año tras año y ya se habla de incremento a Maratón), ha sido muy cómoda y ya a toro pasado puedo decir que no hemos estado tan fatigados como otras veces. El subir y bajar calles aleatoriamente sin tener un rumbo fijo tiene su recompensa aquí. 

Por mí, y hasta que no vi a los tres compañeros llegar a meta no me quedé tranquilo, ya que no dejas de tener esa inquietud de "como estarán... como irán…". Entre tanto ya iba acabando la botella de agua y bocadillo y fue cuando uno por uno conforme llegaban era el momento de felicitarlos por el esfuerzo realizado a la vez que les daba un sorbo y un gajo de naranja. 




Para mí fue un placer compartir este día y recordar...que siempre, lo mejor está por llegar. 
PD: La foto del antes y después habla por sí sola.