El que me conoce sabe que soy sincero, un poco extrovertido y hasta visceral, cosa que a much@s no les gusta y quizá no me lo perdonen, pero que se fastidien.

En este blog vemos desde la posición que pueda tener un joven corriente, entre otras cosas, la actualidad que le rodea en todos los ámbitos de la vida y de las inquietudes surgidas a partir de ellas.

Google

jueves, 6 de diciembre de 2012

Por la segunda...y sumando adeptos

Para continuar con la tradición, ésta vez reclutamos por un lado a mi gran amigo Pani, que junto con mi compañero en la anterior edición tomamos la salida de la XXVIII edición de está prueba que contó con récord de participantes. Por otro, tuve una gran culpa en que mi otro recluta Kike tomara la salida, fruto de mi constancia (flores aparte) y pesadez en motivarle de que "por qué no" podía acabar una media y haberle despertado esa inquietud que un día le propuse cuando me lo encontré haciendo footing. 

Con otros colegas tuve la misma intención pero corrí peor suerte que, sin embargo, han tirado de cordura y simplemente me han acompañado en bicicleta. Gracias a Pedro Villodre, mi fisioterapeuta y sobretodo "mi comare".


Para que mis nuevos corredores lograran afrontar con unas mínimas garantías la carrera, optamos por sesiones diarias que fueron alargándose tanto en tiempo como en distancia y que con el paso de las semanas la misma distancia veía reducir su tiempo de ejecución de manera considerable. Incluso una semana antes tuvimos el valor (no fue lo correcto) de hacer el recorrido completo del circuito y se encontró mejor de los esperado. 

Bien es cierto que el día de la carrera los nervios, la presión, los competidores y las distintos factores que influyen hacen más llevadera la carrera y que acabes en mejores o peores condiciones.



Para mí no era algo nuevo, ya que lo viví un año antes, por lo que conocía que la motivación juega un papel más que fundamental en este tipo de pruebas y no quería dejar a mi compañero novato a su suerte el día de la prueba, pero sabedor que desde las primeras curvas el propio ritmo de carrera haría que el mejor acompañante de uno sea ir cómodo con uno mismo, optamos por desearnos suerte antes del pistoletazo de salida.


La táctica empleada ésta vez no fue la correcta, puesto que tratar de llegar cómodo y después internar recuperar ventaja en el tramo final se hace imposible conforme vamos sumando kilómetros con curiosos desniveles. La comparativa con la vez anterior se hace latente y al apreciar los distintos ritmos en los diferentes tramos hace que te vayas minando psicológicamente haciendo que tu ritmo vaya "in decrechendo" paulatinamente hasta el punto de pensar arrojar la toalla.



Mi motivación fue una vez más la de apoyar el Síndrome de Rett, pero camiseta aparte, acordarse de quien nos dejó torna el sufrimiento en estímulo para completar los kms restantes. Las distintas lesiones arrastradas no servían de excusa,  pero no así la fatiga acumulada de los fuertes entrenamientos previos que terminaron pasando factura.

Personalmente, esta vez los kilómetros finales supusieron un gran sacrificio pero por la simple causa por la que lo haces y la gente vitoreando... no hay palabras.

Muchos participantes no lograron acabar la carrera, fue una media atípica para muchos, pero nos quedamos con los kilómetros recorridos y del buen ambiente que se respira dentro de este tipo de acontecimientos. Grande Rafa, nos quedan muchas por hacer.

Una vez sentado, estirando a la vez que descansado, con el bocadillo a medio comer y la botella de Powerade a medio beber y pensando si para algo sirvieron esas travesías en mañanas de frío... el speaker entonó que David Paniagua enfilaba la línea de meta en solitario y ahí se esfumó mi temor: Que la terminara. 

Para entonces, ya tenías tu primera media maratón.